Me imagino nuestras decisiones, hábitos y acciones como una serie de switches de apagado y encendido en nuestro cerebro. Algunas hasta pueden tener una posición intermedia entre las dos, la cual inevitablemente, se va hacia algunos de los extremos. Cada uno de esos interruptores dependen de otros de mayor nivel que se relacionan con las áreas más importantes de nuestra vida, en este caso, nuestra salud.
A lo largo de mi trayecto en fitness, he tratado con miles de personas que buscan mejorar su salud de alguna u otra manera o por lo menos, esa es su intención temporal. Al mismo tiempo, me he dado cuenta que la mayoría, lastimosamente, fracasan en el intento, solo para probar de nuevo la siguiente semana, mes o año, probablemente con los mismo resultados.
¿A qué podemos atribuir esta falta de éxito en la mayoría de nosotros al querer cuidar nuestra salud? Simplemente, no es una prioridad. ¿Por qué cuando los doctores le dicen a alguien que tiene una enfermedad o padecimiento que si no cambia de inmediato morirá, lo hace, en la mayoría de los casos, sin ninguna excusa?
El problema principal está en nuestra mente, en qué percibimos como recompensa o como castigo en ese momento y cuál de ellos pesa más. Usualmente buscamos excusas como falta de tiempo, dinero, equipo, intensa vida social. O nos auto-saboteamos con premios o sobornos a nosotros mismos como “hoy ya hice ejercicio, puedo comer lo que quiera” o ” mañana lo quemo todo en el entreno”, “solo se vive una vez”, “qué tiene de malo si es solo una”, ” empiezo el lunes”, “hoy no entrené pero mañana lo haré más fuerte”, ” me porte mal pero mañana empiezo la dieta” Y seguro ustedes me podrán decir muchísimas otras más, todos las hemos utilizado. Tal pareciera que le estamos dando mucho crédito a nuestro YO futuro en que tendrá una mayor fuerza de voluntad y decisión que nuestro YO de hoy. Llegado ese futuro, nuevamente, volvemos a postergar.
Y es que, parte de esto se da porque hay veces que le vamos todo o nada pero tratando de cambiar TODO lo que va en contra de nuestra salud, de una sola vez. Esto requiere muchísima fuerza de voluntad y como sabemos ya, la misma es limitada durante el día y quizás, al final de la tarde o noche nos sea más difícil usarla.
Cuando he visto el éxito en las personas que he entrenado y entreno ha sido cuando sí, de hecho van todo o nada, pero tienen una guía para ir cambiando cada una de sus acciones y hábitos de una manera gradual pero efectiva. Una vez se enciende en nuestro cerebro el “Switch de la Salud” todas las acciones consciente o inconscientemente van orientadas a obtener resultados en esta área. El reto es encenderlo YA!
Creo que si tratamos de hacer tantos cambios de una sola vez nos veremos abrumados, cansados y al poco tiempo desmotivados. Mientras que, si visualizamos hasta arriba nuestra meta de vivir saludablemente y vamos desde ese punto hacia abajo, construyendo las bases, pronto llegaremos ahí. Al ir creando nuevos hábitos, veremos que los viejos van muriendo automáticamente y si tenemos consciencia real de nuestro actuar, nos daremos cuenta de esos cambios, nos sentiremos orgullosos de nosotros mismos y más motivados que nunca a continuar en ese camino.
Este proceso no es así de fácil, requiere de nuestro compromiso y disciplina en empezar a hacer cambios, crear buenos hábitos y observar nuestras acciones. Pronto, nos daremos cuenta de que nuestra salud ha mejorado y que hemos hecho cambios notorios en este sentido. No lleguemos al punto de estar obligados a hacer estas modificaciones. Tomemos el control de nuestras vidas y hagámoslas NOSOTROS mismos, HOY mismo. Hagamos HOY de nuestra salud, nuestra PRIORIDAD.
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